sábado, 15 de febrero de 2014

15:00

El tiempo pasa deprisa. No se puede volver atrás...lo haría a pesar del tsunami que desencadenaron unas pequeñas manos blancas cerrando un sobre. ¡Qué gesto más insulso! ¡Qué gesto más difícil! Ahora, si rebota algo, es un ¿por qué? Todavía no lo entendí, me quedé sin respuestas. Tal vez tenga que esperar a que el reloj amarillo marque las 15:00 y un soplo del sur traiga una respuesta.
Ayer en el país de la nieve no me quedó más remedio que recordar aquellos dos pasos y medio para iniciar un camino que no supe descifrar; ¿otro regalo de la vida?... Así lo guardo.
En un buen campo de sueños los pasos volvieron crudos y las preguntas resonaron fuerte.
Ojalá sientas que son las 15:00 h.

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