Campo alto de Shingo, no
pueblo. Campo base de Stok La, no pueblo.
Por ahora la jornada más
espectacular del trekking, sin duda y con diferencia.
Se abandona el campo en
un balcón privilegiado del valle sobre Shingo para iniciar un ascenso
entretenido de algo más de dos horas al paso de Ganda La (4.878 m). Es bastante más bajo
que Kongmaru La (5.250 m) y por lo tanto lastima mucho menos. Fue todo un espectáculo
ver cruzar por allí un enorme rebaño de cabras y ovejas al mismo tiempo que los
caballos que transportan nuestro equipo. Al SW se ve algo que podrían ser las
estribaciones del Karakorum, desde luego una buena cuerda de montañas nevadas,
también las montañas de Zanskar mucho más cerca.
En cuanto se empieza la
bajada hacia el norte comienza a verse la arista nevada del Kangri de Stok, al
principio no lo reconocemos pero es él mostrando su cara más inaccesible. Además se
abre un valle que es un auténtico espectáculo, inmenso, verde y lleno de vida;
no apetece bajar tanto pero se hace impresionante por la espectacularidad de la
bajada. En algún momento pienso que estoy en un documental, incluso con su
propia banda sonora incorporada por el cencerro de los caballos y las canciones
de nuestro arriero.
Después de un buen rato descendiendo por un enorme valle,
el más grande de los vistos hasta ahora, nos desviamos a la derecha para no
acabar en el río Indo. La entrada del valle de Rumbak deja a uno sin palabras.
Acampamos a algo más de una hora de la aldea más grande de las vistas, en el
lugar que se utiliza como campo basé para hacer el paso de Stok La. No
dormiremos muy altos pero es lo que hay, una impresionante vista de todo el
valle de Rumbak.
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