Primera vez en el macizo del Mont Blanc. Primera vez en el gran domo blanco cargados de sueños soñados despacio, como se sueñan los grandes sueños. Para no encontrar demasiado tráfico en la delicada arista de "les bosses" empezamos a escalar a media noche: -ya es media noche... ¡Vamos allá! No hay luna, por encima de nosotros sólo algunos puntos de luz de frontales madrugadoras que se confunden con las estrellas. Rápido, limpio, frío... ¡cumbre!.
A la vuelta nos sorprendieron las luces del alba que fueron tiñendo los picos más altos de un rosa que no aparece en los muestrarios. En el refugio Vallot saco de nuevo la cámara, como volvería a hacer años después con dolor, para fotografiar un amanecer surrealista en el Mont Blanc. Pensé que las fotos no saldrían o lo harían demasiado oscuras pero me sorprendió el resultado. La vieja cámara sumergible de Canon, cargada con diapositivas, con las hendiduras llenas del barro encarnado de las cuevas que raya la película, nos dio una sorpresa.
Hoy 181.004 personas vieron con mis ojos un amanecer en el Mont Blanc que yo no creía posible. Gracias por compartir este sueño conmigo.
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| Amanece en el Mont Blanc. Jueves, 15 de agosto de 2002 |
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